Solución
Angela L. Duckworth y Martin E. P. Seligman, realizaron un estudio longitudinal con 164 alumnos de 13–14 años y lo publicaron con el nombre ‘Self-Discipline Outdoes IQ in Predicting Academic Performance of Adolescents’ (Psychological Science, nº 16, 2005, págs. 939-944).
Para ello midieron en otoño diferentes parámetros de los alumnos, como su Coeficiente Intelectual, tiempo dedicado a hacer los deberes o la hora del día en que empezaban a hacerlos. Lo compararon con los resultados al final del curso: “Los estudiantes muy autodisciplinados obtienen mejores notas finales y resultados en las pruebas de rendimiento, van a la escuela más a menudo, ven menos la televisión, empiezan sus deberes antes y tienen más probabilidades de ser admitidos en un programa competitivo de enseñanza secundaria. La autodisciplina, medida en otoño, explicará más los resultados del rendimiento académico que el coeficiente intelectual medido en otoño”.
Por tanto un buen hábito de estudio es la clave del buen un aprendizaje y el factor decisivo para que el estudiante logre sus metas: “Estos resultados sugieren una razón importante por la cual los estudiantes no alcanzan su potencial intelectual: su falta de autodisciplina”.
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